Leyendas antiguas

Leyenda de "no me olvides"

El "no me olvides" o miosota, es una pequeña flor azul, con un poco de color rojo. Nació así: Cuando Dios creó el mundo, dio nombre y color a todas las flores, no obstante una pequeña florecilla le suplicaba: ¡No me olvides!, ¡No me olvides!, pero como su voz era tan fina, Dios no alcanzaba a oírla, una vez que el creador finalizó toda su obra, pudo percatarse de esa pequeña voz, más ya todos los nombres estaban dados, así que Dios le dijo: "No tengo nombre para ti, pero te llamaras "no me olvides". Y por colores te daré el azul del cielo y el rojo de la sangre". Además le dijo que serviría para acompañar a los muertos y para consolar a los vivos.

El arpa celta de Dagda:

Se cuenta que el arpero celta Dagda cayó prisionero de los fomorianos. Fue entonces Lugh hasta el campamento enemigo para rescatarlo, allí encontro tras esquivar a los guardias a Dagda. Salir no era tan sencillo como entrar en los campamentos de los formorianos, y al ser dos llamarían más la atención de los guardias. Buscando una vía de escape vieron colgando en una pared el arpa de Dagda, la llamó y fue volando hasta él y matando a nueve hombres que se interpusieron en su camino. Una vez en sus manos Dagda tocó una música mágica y los formorianos cayeron en un largo sueño, así consiguieron escapar.

Basilisco:
En el siglo VIII, el basilisco era considerado una serpiente con unos cuernos en la cabeza y una mancha blanca en la frente en forma de corona. De hecho, "basilisco" significa "pequeño rey". Más tarde, en la Edad Media, pasa a ser un gallo con cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas espinosas y cola de serpiente, que podía terminar en garfio, cabeza de serpiente o en otra cabeza de gallo. Hay versiones de esta criatura mitológica con ocho patas y escamas en vez de plumas. Plinio el Viejo los describe como una culebrilla de escaso tamaño y pésimo genio ya que "su potente veneno hace marchitarse las plantas y su mirada es tan virulenta que mata a los hombres".

Representaciones: En la escultura, la figura del basilisco se usaba principalmente en los capiteles de las iglesias, buscando esa finalidad didáctica de asustar a los analfabetos fieles con los horrores del infierno. Puntualmente se puede encontrar en tallas de marfil y artes aplicadas.

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